Bajo Guadiana
La actividad turística en los territorios del Bajo Guadiana y, por tanto, el modelo de desarrollo actual, podría definirse, en líneas generales, por dos características que lo delimitan y marcan de forma sustancial:
- Existen, desde el punto de vista turístico, dos áreas claramente diferenciadas, que se corresponden con una zona que “mira” hacia la costa, y cuyos principales exponentes son los municipios de Vila Real de Santo António y Ayamonte, y en menor medida Castro Marim; los cuales han desarrollado un modelo de turismo de sol y playa, el cual actúa como foco principal de atracción de turistas en la actualidad; y otra zona de interior compuesta por los restantes municipios portugueses y españoles, -Mértola, Alcoutim, municipios de la Mancomunidad de Beturia (a excepción de Cartaya), Zalamea la Real y Trigueros un menor grado de desarrollo turístico- que actúan en cierta forma como oferta complementaria de los destinos anteriormente mencionados.
- El Río Guadiana, principal recurso natural de la zona y eje vertebrador del territorio, que ha desempeñado históricamente un papel fronterizo, representa en la actualidad la posibilidad de liderar una estrategia común de desarrollo turístico que tenga en la sostenibilidad y el respeto medioambiental sus principales valores.
Gráficamente, la representación de la situación del modelo de desarrollo turístico actual se encuentra marcada por un mayor desarrollo turístico de la zona costera sobre las localidades de interior, basado en una clara preponderancia del turismo de sol y playa. En contraposición a la misma, la tendencia del modelo futuro, ha de venir marcado por un desarrollo conjunto, sostenible y con una clara orientación un turismo integrado en el medio natural, que tenga en el río Guadiana su eje vertebrador.
Estas dos características mencionadas marcan el nivel de desarrollo turístico, afectando a la oferta básica, con una clara dicotomía litoral / interior, con cifras y datos relativas a tipología y número de alojamientos que nada tienen que ver en ambas zonas, así como a la oferta complementaria y otras infraestructuras turísticas relacionadas con el grado de aprovechamiento de los recursos.
La pujanza de la zona del litoral en cierta forma ha situado en un segundo plano a la zona de interior, tanto en el caso portugués como en el español, ya que, además, esta zona se encuadra dentro de una oferta turística de sol y playa consolidada y con una gran demanda, como son los destinos de la zona de Algarve, por parte portuguesa, y la del litoral de Huelva (Costa de la Luz), por parte española. Ambos destinos, en los cuales se localizan Vila Real de Santo António, por un lado, y Ayamonte, por otro, representan un importante porcentaje dentro de este tipo de oferta a nivel regional y nacional, siendo el caso portugués el caso más potente, con un 35 % de la capacidad hotelera sobre el total nacional (INE Portugal 2010) y en el caso del litoral onubense con un 11.4 % sobre el total autonómico (datos del Balance Turístico de Andalucía 2009).
En esta zona litoral se ha desarrollado un turismo basado en la existencia de playas de indudable calidad, con la creación de importante complejos hoteleros, que representan más del 90 % de la capacidad alojativa del territorio analizado, basado en un modelo de una clara influencia antrópica sobre el medio natural.
En cambio, en la zona de interior, la oferta básica es muy reducida, siendo más acusado en el caso de los municipios españoles, como El Granado o el Almendro, en los cuales no existe ningún establecimiento hotelero en base a las estadísticas del IEA de Andalucía. Incluso la propia tipología de los establecimientos es totalmente diferente, con un claro predominio de los establecimientos rurales. Ello conlleva que la oferta turística existente en esta zona, en la actualidad, esté orientada a un turismo mucho menos masificado pero más integrado con el medio natural y con el rico y variado patrimonio cultural y natural de la zona ribereña del Bajo Guadiana en ambos países.
Mencionar que si bien es indudable que el principal foco turístico actual es el que abarca la franja del litoral, las tendencias actuales de la demanda se están orientado cada vez más hacia un tipo de turismo más integrado en el entorno, llevando a cabo actividades, conociendo lugares y en definitiva relacionándose con la cultura y costumbres de los destinos visitados.
Los flujos turísticos, que determinan en gran parte por dónde se mueven y qué hacen los turistas en los destinos, ponen de manifiesto que los principales puntos de entrada son estas localidades costeras, pero que cada vez más, se están produciendo movimientos y flujos a las localidades de interior, siendo en el caso que nos ocupa movimientos transfronterizos, lo que supone sin duda un argumento más para el desarrollo de un producto turístico común.